ORFEO NEGRO
Es el título de una coproducción de Brasil-Francia-Italia dirigida por el francés
Marcel Camus en 1959,
ganadora del Globo de Oro y el Oscar a la mejor película extranjera (1960) y de la Palma de Oro en el Festival de Cannes (1959). Y luego, cayó en el olvido, como sus actores principales. Como la vida misma.
Se tr ata nada y nada menos que la
adaptación del mito griego de Orfeo y Eurídice ambientado en el fososo y sensual carnaval de Río de Janeiro. La película está basada en la obra de teatro estrenada por Vinicius de Moraes en 1956 en Río de Janeiro, titulada "Orfeu da Conceição", donde por primera vez en Brasil todos los actores de una obra de teatro eran negros.
La pieza hizo del samba un medio de expresión de la identidad nacional brasileña, situando el mito de Orfeo en unos carnavales de los suburbios de Río.
En el film, la banda sonora de Antonio Carlos Jobim y Luis Bonfá, con canciones ya utilizadas en la obra de teatro, y compuestas por De Moraes, sirvió para la presentación mundial de un estilo de samba renovada que se llamaría bossa nova, música
que despertó en todo el mundo, especialmente en EE.UU, un inusitado interés, llegando al mestizaje con otros tipos de música, y en especial con el jazz. Las piezas "A felicidade" y "Manhã de carnaval" son dos auténticas obras maestras musicales incluidas en la película.
La bella Eurídice llega a Río de Janeiro en vísperas de carnaval, invitada por una prima que vive en los arrabales de la ciudad. Hasta el lugar llega en un tranvía cuyo conductor, un guitarrista llamado Orfeo, se enamora de ella, a despecho de su celosa novia. Y comenzará un viaje que conducirá a la tragedia.
Como en el mito griego, Orfeo, aun siendo capaz de hacer levantarse el sol con su música y su canto, y de embelesar a todos los que lo oyen, no consigue realizar su amor.
La acción se desarrolla en el marco de los bailes, la música, los disfraces, los desfiles y los concursos, de una fiesta colectiva trepidante, multitudinaria y multicolor, verdadero tema de la película, en la que la historia de amor y muerte de Orfeo y Eurídice no es más que el pretexto para describir la exuberancia del paradigma de la fiesta popular, el carnaval, que alcanza en Río, su apoteosis.
El fatídico destino, determinó que los actores protagonistas de Orfeo negro, Breno Mello (Orfeo) y Marpessa Dawn (Eurídice), fallecieran durante mismo verano de 2008. Breno Mello, mediocre futbolista brasileño, por casualidad, cambió la pelota por el papel de mito griego. Murió a los 76 años, solo y arruinado. Vivía en un barrio llamado Tristeza. Mello fue una estrella fugaz en el firmamento de la fama humana.
El éxito de Orfeo Negro le elevó a símbolo sexual negro brasileño en una época de racismo explícito. Frecuentó lujosos hoteles y se codeó con presidentes. En los años 60,
atrajo a riadas de chicas en la playa, con el consiguiente sufrimiento de su mujer. Participó en películas menores, y al final tuvo que buscarse la vida para comer, ya que perdió muchísimo dinero en partidas clandestinas de naipes.
La letra de "A felicidade" subraya la intencionalidad de Orfeo Negro: "La tristeza no tiene fin, la felicidad sí...", dice la canción, en un claro paralelismo con la vida de Mello, y la propia película. En el documental sobre la vida de Orfeo negro (Mello), producido casi 50 años después del estreno del film, el
cineasta Alexandre Derlam explica que "Nació en un barrio obrero, con dificultades hasta para comer. Luego jugó con Pelé, conquistó Cannes, tuvo muchas novias y volvió al anonimato. Terminó de manera humilde, pero decía que había hecho todo lo que quería en la vida. Se puede decir que era el propio Orfeu". Un hombre que nació en la pobreza, se alzó para su gran momento vital, e igualmente como había ascendido, descendió a los infiernos de nuevo, pues no fue capaz de mantenerse en la fama y el triunfo. Sólo unos cuantos elegidos lo consiguen.
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