¡¡ POR ENDOVELLICO !!
El dios Endovélico (Endovellico) de la zona lusitana parece ser el Vaelico (Vaellicus) de la zona Vettona. "Vailos" en el idioma celta significa "lobo", por lo que la adoración a esta divinidad puede estar estrechamente relacionada con este animal y siendo ambos teónimos (nom bre de dioses) dos variantes de una misma divinidad. Los celtas en la época antigua, más bien dicho antes de la llegada de Roma y De Carthago a la Península Ibérica, estaban asentados hasta la zona de Andalucía, en lo que hoy es el norte de Huelva. La presencia de esa deidad, se deberá a los restos y vestigios que el pueblo celta ha dejado allí, y que posteriormente ha sido adoptado por otros pueblos como los Lusitanos, que pudieron haber aceptado a esa divinidad como dios en su larga lista de dioses.
Vaélico aparece dedicado en una veintena de lápidas en el Santuario de Postoloboso (Candeleda, Ávila), y parece reforzar la explicación del teónimo en relación con el celta "vailos"="lobo", por lo que podría ser una divinidad identificada con este animal, el cual aparece en diferentes sistemas religiosos relacionado con lo infernal. También lo asimila a la personalidad divina gala "Sucellus".
La existencia de Endovellico, de carácter
infernal, como lo indican el jabalí y los erotes con antorchas representados en
sus aras, del cual se conservan imágenes que siguen modelos clásicos, está bien
atestiguado en Lusitania. Es el dios que contaba con el santuario más importante
de todos los aparecidos en la Hispania antigua y al que se dedicó mayor
número de inscripciones, que llegan casi al centenar.
Ana Vázquez ha dedicado unas páginas a la pervivencia de los
cultos indígenas en la Hispania romana, pasando revista a las principales
fuentes literarias y epigráficas, a las causas de la pervivencia
de los cultos indígenas, como a la tolerancia y a la interpretatio
romana de estos cultos. M enciona algunos teónimos indígenas,
como Baelesto, Peremusta, Aituneo, las Matres Useae, Cernunnos
de Numantia, Endovellico y Ataecina, Sucellus, Epona, Bormanico,
Tullonio y Frovida, al balneario de Retortillo con las Aquae Eleteses,
al balneario de Montemayor, Cáceres, la Nabia Corona de Maréeos,
y a otros dioses del panteón indígena. Alude Ana Vázquez a la
cristianización de los dioses indígenas. Cierra este apartado la autora
con unos párrafos consagrados a los dedicantes. Y piensa que algunos dioses indígenas tenían carácter nacional,
como Endovellico, las Matres Gallaicae, la Tuleta Bolgensis. Otros
dioses son de gentilidad, como Pomona o Tullonio. Algunos dioses
van vinculados con una ciudad, como Ataecina Turobrigense. Predominan
las dedicatorias ofrecidas por ciudadanos particulares. A
veces los dedicantes son extranjeros.
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